“Long before Fangio, the fastest man in Argentina was Domingo Bucci”

(Revista Classic & Sports Car, Enero de 2014)

Domingo Bucci nació en 1894 en la localidad de San Carlos, Provincia de Santa Fe, República Argentina.
Desde temprana edad demostró natural talento para entenderse con toda clase de máquinas, reparando desde bicicletas hasta carros de caballo.

A los 17 años, con unos pocos ahorros, emprendió su primer viaje a Italia, y allí conoció la Escuela Caproni de Aviación, situada en Milán, que ofrecía cursos para aprender a volar. Allí conoció a otro joven, pocos años mayor que él, llamado Roland Garros, con quien aprendió a volar los primeros Bleriot.

En 1913 Domingo regresó a la Argentina con un motor Bleriot desarmado y con los planos para armar un avión. Con la ayuda de un carpintero concreta la obra en Zenon Pereyra, Provincia de Santa Fe, y comienza a volar dando espectáculos y exhibiciones por distintas localidades de la provincia.

Luego de conocer a quien sería su esposa, abandonó su afición por los vuelos, y se dedicó plenamente a los automóviles, abriendo un taller. Tuvo dos hijos que le ayudarían en el taller y heredarían su afición por los autos de carrera: Rholand y Clemar, ambos nacidos en Zenón Pereyra, provincia de Santa Fe.

En 1922 inauguró un taller ocupando un edificio de considerables proporciones, en el pueblo de Morteros, provincia de Córdoba.
A la par de su habilidad mecánica y constructiva, se mostró poseedor de inusual habilidad como piloto.

Pronto, su capacidad de observación y voluntad de superación le movieron a emplear técnicas propias de la novel industria aeronáutica, en la preparación, modificación y construcción de sus automóviles. Por ello, además de la preparación de los autos de carrera que el conducía, sus servicios de constructor y preparador le eran requeridos por notables volantes de la época.

En 1925 y 1926 obtuvo la Copa Kade. Ese mérito le permitió conservarla en forma definitiva, al haberla ganado en dos oportunidades consecutivas. En el año 1927 volvió a triunfar en el mismo trayecto Rosario-Santa Fe-Rosario, nuevamente con un Hudson por él modificado y preparado.

En 1926 corrió también con uno de sus Hudson en las 500 Millas Argentinas en Rafaela, yendo en punta hasta que la prueba se suspendió por las lluvias caídas. Arribó segundo en los dos años siguientes, hasta que finalmente, en la edición del año 1929 logró la ansiada victoria en la tradicional prueba santafesina.

Domingo triunfó también en las carreras más importantes que se corrían en esos años en la Argentina, como el Gran Premio de la Provincia de Santa Fe, que se disputaba en el óvalo de Esperanza, enfrentando y superando frecuentemente a los mejores pilotos nacionales y muchos de los extranjeros, de la talla de Carlos Zatuszek -con su Mercedes-Benz SSK-, Juan Malcolm –a bordo de su Delage Grand Prix-, Eric Forrest Greene –al mando de una Bugatti-, Victorio Rosa –conduciendo un Alfa Romeo-, Juan Lavarello, Víctor Pángaro y muchos otros.
Triunfó en dos oportunidades en el Gran Premio Nacional. Otras tantas veces obtuvo el segundo lugar, en todos los casos con automóviles de Fuerza Libre.

También obtuvo el primer puesto en Chivilcoy, Córdoba, en el autódromo de San Martín.

La intensa vida de Domingo Bucci tuvo un desenlace propio de las condiciones y riesgos que asumían los hombres que en aquellos años desafiaban a los caminos, las inclemencias del tiempo y la velocidad. En carrera, en Arrecifes, provincia de Buenos Aires, sufre un accidente en el que embiste a un auto detenido de otro competidor, detenido en el camino y escondido por el polvo de la misma competencia. A la edad de 39 años, falleció el 7 de marzo de 1933.

 

Museo Bucci | Más de 100 Años de historia automovilística | Zenón Pereyra – Santa Fé – Argentina